Apartó su brazo y me miró extrañado.
-Campanilla, volverás a Neverland si tu lo deseas, yo no puedo obligarte a nada, además, lo comprenderé es tu familia-dijo.
-No sé lo que haré Mike-contesté.
-Hagas lo que hagas, yo estaré contigo-dijo mientras apoyaba su mejilla en mi pelo.
Me abracé suavemente a él, y empezó a acariciarme delicadamente el pelo.
Todo a su lado era tan tierno, las cosas se reducían a un mundo paralelo en el que sólo existíamos los dos, un lugar en el que únicamente había sitio para la felicidad, la ternura, la libertad y el amor, y ese lugar me encantaba.
Tenía unos nervios increíbles por saber que tenía familia y que los conocería, también tenía curiosidad por saber la razón por la que me abandonaron, y no sabía si estar alegre, triste o enfadada con ellos, pero lo averiguaría cuando los conociese.
El trayecto en coche fue muy rápido y tranquilo, y en cuanto nos subimos al avión me quedé dormida en los brazos de Michael, estaba muy cansada, además no estaba tan acostumbrada a viajar como él.
El viaje se me hizo muy corto, pero sería por haberlo pasado dormida.
Michael me despertó haciéndome cosquillas cuando el avión aterrizó, bajamos de él y Michael nos llevó en una limusina hasta una gran casa en el centro de Moscú, yo iba mirando por la ventana absorta observando los monumentos y la enorme cantidad de nieve que había sobre ellos, era de noche y ésto hacía que fuese aún más hermoso todo el paisaje.
Paramos en frente de una casa al estilo victoriano enorme y preciosa, ¿acaso esa era mi casa? no podía ser.
Michael me tendió su mano para bajar de la limusina, la cogí y bajé con miedo y nerviosismo de ella, me dí cuenta de que en muy poco tiempo, había conocido a la persona más perfecta del mundo y que ahora mismo estaba en Moscú apunto de conocer a mi familia, pero no sabía qué sentimientos pasaban por mi mente, me cogí del brazo de Michael, ya que era lo único que podía sostener, porque no sabía si salir huyendo de allí o quedarme, no sabía nada.
Nos acercamos al porche nevado de la casa y Michael tocó el pintoresco timbre que había en la gran puerta de madera, unos diez segundos después una mujer, muy bien vestida, de pelo castaño corto y rizado, alta y delgada y con unos ojos azules impresionantes nos abrió la puerta.
-¿Noa?-preguntó la mujer llevándose una mano a la boca con los ojos llorosos.
-¿Ma...Mamá?-pregunté, yo esta vez, con extrañeza.
Se acercó lentamente a mí y me abrazó con ternura, la ternura que sólo una madre puede poseer, esa cálida ternura que te llena por dentro.
Michael nos miraba con una sonrisa satisfecha.
Conque...Me llamo Noa, no sabía si me gustaba o no ya que yo estaba acostumbrada a llamarme Denise, todo el mundo llamaba Denise desde que era pequeñita.
Mi madre abrazó a Michael y nos condujo hasta el interior de la casa, estaba decorada con figuras y cuadros de un gusto exquisito, es suelo era de moqueta y las paredes pintadas en un color rojo apagado que le daba un aire soberbio.
Entramos a una habitación la cuál parecía ser el salón-comedor, disponía de unas mesas y unas sillas típicas de comedor y aparte los muebles también típicos de un salón.
En el sofá había un hombre de pelo caoba, ojos verdes, y unas gafas leyendo el periódico, cuando se percató de nuestra presencia dejó el periódico comodamente sobre una mesita de café y directamente me abrazó, sin decir nada.
Nos sentamos, todos, en el mismo sofá donde estaba sentado anteriormente, el que suponía que era mi padre.
Yo, realmente, no sabía hacer la pregunta, no sabía si preguntarles por qué me abandonaron.
Ellos simplemente no tocaron ese tema, se dedicaron a enseñarnos fotos a Michael y a mí de cuando era pequeña, aunque había muy pocas, y también de algunos otros familiares, como mis abuelos, tíos, tías y demás personas, que según ellos iría conociendo poco a poco.
Hubo una foto que me llamó mucho la atención, y era la de mi abuelo materno, me sonaba mucho su cara y su expresión pero no sabía de qué, recuerdos difusos, supongo.
Decidí, a regañadientes, no preguntarles nada, hay cosas que es preferible que se queden en la ignorancia.
Estuvimos charlando sobre la poca infancia que viví con ellos y de demás temas que ellos pensaban que me importaban, pero si os digo la verdad, estaba más interesada en Michael que en otra cosa, y no sabía que pasaba, era un momento en el que se supone que debería estar interesada en los temas que me contaban mis padres, aún a sabiendas de eso me seguía perdiendo en sus hermosos ojos marrones.
Después de un rato de charla mis padres se dieron cuenta de que ni Michael ni yo teníamos un sitio en el que dormir, así que, amablemente, nos ofrecieron la única habitación que quedaba libre, eso significaba que dormiríamos juntos ¿debería alegrarme?
2 comentarios:
wow me encanta tu nove haha
es tann... linda y tierna haha
ahhhww qe emocion y qe
nervios al conocer a sus padres..??
mm pero se quedara ahi...¿?
uyy haha pss io ovio me iria
con michael... osea si ya la
avandonaron una vez qe seguridad
tiene qe no lo hagan de nuevo..:S
pero haha ahh me qede picada
dormiran juntos... aahh ^^
qe pasaraa ...
siguela pronto porfa :) haha
sale puess baii qe estes bn
denisse ;D chao ^^
-.-
guauuuuuu!!!!!
eres la mejor y ya es oficial que bueno es mike recorrería el mundo por hacerte un favor!!!
van a dormir juntos????
jeje huuuuuuu
si fuera tu me iba a neverland pitando y que michael me llevara en sus brazos ( suspiro largo)
te quiero mucho
un abrazo de oso blanco
bueno lo de blanco no importa pero es mas mono n.n =3
=3 <---- a que es mono???
jejej bueno
chau
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