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Att. D.Farrel

domingo, 31 de octubre de 2010

2# Being Free.






Pasaron los cinco minutos más largos de mi vida, parecía que al chico no le gustaba mucho hablar.
Yo quería saber su nombre, así que le pregunté:

-Bueno, ¿cómo te llamas?-pregunté seria, pero a él parecía haberle hecho mucha gracia ya que empezó a reír.

-¿Es una broma?-preguntó intentando parar de reír. 

-No...-respondí yo, no sabía qué tenía de graciosa la pregunta que hice.

-Vaya-dijo él poniendo su semblante serio-lo siento, pero...Es que, todo el mundo sabe cuál es mi nombre.

-Parece que todo el mundo no-contesté riendo.

-Ya lo veo, me llamo Michael, ¿ y tú?.

-Denise-respondí sonriendo.

-Bonito nombre.

Ahí se volvió a acabar nuestra conversación.
¿Por qué siempre me tenía que quedar como si estuviese hipnotizada mirándole? No era algo normal en mí.
Pasamos otro rato en silencio, hasta que alguien entro a la habitación, no sin antes tocar suavemente en la puerta y pedir permiso para entrar.
Era una señora de unos cuarenta años, parecía una sirvienta o algo así, vino para avisar al tal Michael de que tenía una visita.
Él se fue y me quedé sola, otra vez, en la habitación, había un reloj en la pared de enfrente y veía como la manecilla de los segundos se movía, me dí cuenta de que el tiempo pasaba muy lentamente.
Estuve pensando y la verdad, fue un gesto muy cortés que Michael me dejase dormir en su casa sin ni siquiera conocerme, tenía que hacer algo para agradecérselo, pero...¿Qué podía hacer? No sabía cuánto tiempo estaría en su casa, así que, decidí dar vueltas por la casa y explorar un poco.
Salí de la habitación con cuidado de que nadie me viese, ya que, quizás estaba mal explorar la casa sin el permiso de Michael.
El pasillo por el que iba era inmenso, el suelo era de mármol, resbalaba un poco y las paredes tenían  una cenefa de madera decorándolas graciosamente, había imágenes de dibujos colgadas por las paredes.
Encontré una habitación llena de juguetes, ¿acaso el chico tenía hijos?, no había oído a ningún niño reír o corretear por los pasillos; la sala me llamó la atención, la pared era de un color azul verdoso muy llamativo y el suelo de una madera oscura, había todo tipo de juguetes que os podáis imaginar, incluso un pequeño carrusel con un grabado, sostuve el carrusel y leí lo que ponía:

"Para mi nieto Michael, porque sé que estos juguetes te vuelven loco, con mucho amor.
Tu abuelo, Prince."

Ese carrusel debía de ser muy importante para Michael.
Al poner el carrusel en su sitio me vino un recuerdo a la cabeza, un confuso recuerdo, había una niña, con el pelo color caoba ondulado,como el mío, subida en el regazo de un hombre mayor, su abuelo, probablemente, el hombre sostenía un caballo de juguete, al parecer, de madera, entre sus manos, la niña sonreía y lo cogía, de repente, el hombre levantó la mirada, en su mirada se reflejaba el miedo, cogió a la niña en brazos dejando caer al caballito de madera y se fueron alejando poco a poco. Derramé una inconsciente lágrima que rápidamente me la sequé con una de las mangas de mi chaqueta.
Empecé a oír unos pasos que se acercaban a la habitación, busqué un lugar en el que esconderme en la habitación, me percaté de que había un perchero lleno de chaquetas antiguas, parecían disfraces, me escondí detrás del perchero y como había previsto, los pasos se fueron acercando más y más a la habitación.

1 comentario:

sirena40 dijo...

La única persona del mundo que no conoce a JACKO

"Amor es fuego aventado por el aura de un suspiro, fuego que arde y centellea en los ojos del amante, o más bien es torrente desbordado que las lágrimas acrecen, qué más podré decir de él... diré que es locura sabia, hiel que empozoña una dulzura embriagadora"

Romeo Y Julieta-William Shakespeare.