Sin darme cuenta ya eran las ocho de la tarde, yo estaba sentada en un sillón del salón mirando absorta por la ventana, vi como de repente caían unas pequeñas gotas de agua que se estampaban contra el cristal de la ventana, empezó a llover; me levanté del sillón, abrí la ventana y estiré el brazo para que las gotas cayesen sobre mi mano, tenía la costumbre de hacer eso desde pequeña, me gustaba sentir las gotas de agua cayendo en la palma de mi mano porque lo consideraba como un contacto con la naturaleza, era algo muy importante para mí.
Adoraba las lluvias de primavera, eran más frescas y ligeras que las otras y siempre me gustaba ponerme debajo de la lluvia, aunque corriese el riesgo de resfriarme.
Al rato de ver como mi mano se mojaba por las gotas, cerré la ventana y al girarme vi a Michael, con una pequeña sonrisa naciendo en las comisuras de sus labios, me encantaba esa sonrisa, era pequeña pero muy tierna, se sentó en un sillón y yo le imité, de esa forma quedamos uno frente al otro.
-Te veo diferente...-dijo él con tono pensativo-¿te has hecho algo?-preguntó.
-Bueno, al parecer un baño relajante y un poco de maquillaje puede cambiar mucho a una chica-expliqué entre risas-sólo es eso, un baño de espuma y maquillaje de Doris.
-Estás preciosa, ¿quieres cenar conmigo esta noche?-preguntó-Pero no es una cita, es, es...Sólo...Una cena-prosiguió nervioso.
-Por supuesto que sí.
-Perfecto entonces, nos vemos en...Una hora, en el comedor, hasta luego-dijo levantándose del sillón y dándome un beso en la mejilla.
¿Por qué siempre tenía que ser tan extremadamente caballeroso y perfecto? Ya no sabía que imagen tenía de él, si para mí era mi amigo, mi hermano, o, algo más, no lo sabía, tenía una confusión de sentimientos enormes, pero de lo que sí estaba completamente segura, es que no quería que fuese algo más que un amigo, no podía estropear esa amistad por una tontería como es el amor, tampoco quería enamorarme de él, porque yo no tenía nada que darle, sólo sería un estorbo para él, no creo que el quisiera a una chica indecisa, torpe y rota, porque él era algo más que humano, él era un ser perfecto, y como ser perfecto que era se merecía a la chica perfecta no a mí, yo era las sobras de la humanidad.
Cuando salí de mi cavilación interna, me levanté del sillón y me fui a mi habitación a buscar algún vestido, o algo formal para la cena. Busqué en el armario profundamente, pero no encontré ningún vestido que valiese la pena, aunque, pensaba que no tenía porque nunca me había puesto un vestido, o una falda, y mucho menos tacones.
De repente, una idea apareció en mi mente, recordé la habitación de los juguetes, en la cual había un baúl y un perchero lleno de ropa, quizás allí habría algún vestido para mí.
Me fui a la habitación y rebusqué en el baúl y el perchero, eran todo disfraces, al cabo de un rato buscando me rendí y me senté en el suelo, en un momento vi una tela negra, sentí curiosidad y tiré cuidadosamente de ella, cuál fue mi sorpresa al ver que era un elegante vestido negro de gasa, con escote palabra de honor y una pequeña tira gris que decoraba graciosamente bajo el escote, ése era el vestido perfecto, sencillo y cómodo.
Me dirigí a la habitación con el vestido entre manos, me lo puse y me arreglé el pelo un poco, me miré el espejo y me sentía orgullosa, por una vez en mi vida, de lo que veía en ese espejo, veía a una muchacha alegre y aparentemente sin problemas. Al cabo de un rato, Doris tocó suavemente la puerta de mi habitación para que la abriera.
-Denise, te están esperando-dijo sonriendo-vaya estás preciosa, pero...Te faltan los zapatos ¿Verdad?.
-Sí, no tengo tacones ni nada de eso-contesté.
-Espera aquí un momento-dijo mientras cerraba la puerta de mi habitación.
Me senté al borde de la cama a esperar a Doris, era una buena persona, siempre intentaba ayudarme en lo que podía y era muy bondadosa, sin duda, una de las mejores personas que podía haber conocido en mi vida.
Al cabo de unos, dos minutos, apareció por la puerta de la habitación, con unos maravillosos tacones negros con una cinta de brillantes, no dijo nada, sólo sonrió, me guiñó un ojo y se fue de la habitación.
Me probé los tacones y me quedaban perfectos, eran tan finos y hermosos, me dispuse a salir por la puerta, pero al ir a girar el pomo de la puerta algo me detuvo, una especie de escalofrío, pero no me importó, abrí la puerta y me dirigí hacia el comedor.
Michael estaba mirando por la ventana, llevaba una chaqueta roja, unos pantalones negros, sus clásicos pantalones negros, y un sombrero negro, al oír mis pasos se giró y esbozó una gran sonrisa, se acercó a mí y me contempló de arriba a abajo, sin dejar de sonreír, en ese momento supe, que ésa noche iba a ser mágica.
2 comentarios:
Hello Denise!!! eres muy talentosa te admiro mucho princesa... Espero con ansias el siguiente cap que como siempre estoy segura estara increible!!!.. Sigue pronto mi ni~a!!!...
Saludos Maggie Jackson<3
hello!
sorry por no comentar antes cosas de la vida girl
estan super lindos y super buenos los cap !!!!!!
los tengo en el libro electronico!! =D
me encanta tu blog y todo y el decorado muy lindo
so cute!!!!
i love you!
chau
cuidate
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